Responsable de Sostenibilidad, Calidad y Prevención de Riesgos Laborales en Lopesan
¿Sabías que el concepto de sostenibilidad se definió por primera vez en 1987? Por aquel entonces, se definió como aquello que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones”. Y es que, ya hace casi 40 años, se hablaba de no arriesgar los recursos disponibles, al no ser estos infinitos.
La sostenibilidad es un concepto muy amplio que no sólo abarca el ámbito ambiental. Siempre hemos pensado que gestionando los residuos y los consumos energéticos e hídricos ya estaría todo hecho, pero es un concepto que va mucho más allá en el que también se incluye al personal, a los clientes, a la sociedad y a la biodiversidad, entre otros. Cualquier actividad, sea la que sea, tiene un impacto en nuestro entorno, en las personas y en la economía.
El turismo sostenible persigue que los destinos sigan siendo viables y atractivos, generando el menor daño en el medio ambiente, pero para ello es fundamental que se establezcan medidas que reduzcan el impacto de todas las actividades que el sector turístico deja a su paso, siendo éste uno de los principales motores de la economía canaria.
Existen numerosas medidas que una empresa puede implementar en su actividad. Los sistemas de eficiencia energética son una de las primeras acciones que se llevan a cabo, ya que con ella se pueden obtener mejores resultados empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos.
Hoy en día muchas empresas turísticas ya monitorizan sus consumos y los reducen ejecutando medidas como las siguientes:
- El uso de luminarias de bajo consumo. Éstas consumen un 80% menos de electricidad que las luminarias tradicionales.
- Instalando alarmas de apertura de puertas en cámaras y
- Comprando equipos y maquinaria más eficientes energéticamente.
- El uso de bombas de calor para la calefacción. Éstas disminuyen el consumo de energía y son muy respetuosas con el medio ambiente ya que es la tecnología con menores emisiones de CO2 en comparación con cualquier caldera de combustible fósil, sea de gasóleo, propano o gas natural. Además, son altamente eficientes ya que el calor que disipan se puede emplear para calentar el agua caliente sanitaria o climatizar las piscinas.
Canarias es un archipiélago con una importante escasez de recursos hídricos naturales, por lo que no podemos olvidar implantar buenas prácticas para proteger algo tan preciado.
¿Sabías que es posible ahorrar más de un 50% de agua con reductores de caudal, simplemente cambiando el aireador del grifo o reemplazando la alcachofa de la ducha? Además, existen otras medidas como automatizar el regadío en horarios nocturnos, el uso de sistemas de menor consumo (sistemas por goteo) y la depuración de las aguas grises para reutilizarla como agua de riego.
No solo es importante comunicar a nuestros clientes las medidas vinculadas a la sostenibilidad implantadas en la empresa, sino hacerlos partícipes a través de experiencias inmersivas en el entorno insular.
La circularidad es otro concepto que debemos incorporar en nuestra cadena de valor, estableciendo planes para minimizar la generación de residuos. Por ejemplo, la sustitución de plásticos por materiales biodegradables como las pajitas y removedores; los vasos de plástico por reutilizables de policarbonato o polipropileno; o la sustitución de las botellas de plásticos por dispensadores de agua filtrada.
A nivel global, vertemos en el mar ocho millones de toneladas de plástico cada año, lo que equivale a descargar un camión de basura en el mar cada minuto. Intentemos evitar que en un futuro haya más plásticos en el mar que peces.
El residuo alimentario es otro frente que en el sector turístico ocupa una gran relevancia y es imprescindible tomar acción para mitigarlo. Actualmente, existen herramientas que te ayudan a medir los desperdicios de comida y a clasificarlos por categorías facilitando su análisis. Todo esto combinado con los datos de servicios abre un sinfín de posibilidades, ya que puedes ajustar la exposición de comida en función de los clientes previstos.
Pero el concepto de circularidad es mucho más amplio ya que incluye también la importancia de reutilizar y valorizar los residuos. Algunas cadenas hoteleras ya aprovechan ese residuo alimentario que no pueden evitar para producir compost que luego emplean como abono para producir productos ecológicos, cerrando así el ciclo de economía circular.
Al inicio de este artículo hablé de las personas, pero no mencioné el rol tan importante que juega concienciar al personal, una pieza clave en la transformación. La formación de los empleados y empleadas es esencial, ya que no puedes concienciar si no se les forma sobre qué se espera de ellos y cómo deben hacerlo.
¿Y qué ocurre con el cliente? Un cliente que cada vez valora más la sostenibilidad. Es crucial comunicar el impacto que tiene el cambio diario de sus toallas y sábanas, el por qué las luces de la terraza se apagan a una hora determinada y por qué se disponen de sistemas de apagado automático para el aire acondicionado. No solo es importante comunicar las medidas, si no hacerlos partícipes a través de experiencias inmersivas en el entorno insular. La interacción directa de los clientes con las comunidades locales, la gastronomía regional y la participación en prácticas sostenibles, convierten a los viajeros en embajadores de la sostenibilidad.
Como dijo Charles Darwin: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”.