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23 Oct, 2023

Tendencias ligadas a los ODS para pymes saludables

La preocupación por la salud física y mental de las personas trabajadoras es, actualmente, una tendencia consolidada en materia de sostenibilidad.

Según el último estudio del Estado de la Responsabilidad Corporativa de la gran empresa en España, realizado cada dos años por el Club de Excelencia en Sostenibilidad, prácticamente el 100% de las grandes empresas líderes en sostenibilidad realizan actividades para la promoción de la salud, siendo los programas más comunes los relacionados con la gestión de estrés, la ergonomía y la alimentación saludable.

Tal y como recoge el informe Comunicando el Progreso 2022. Renovando las reglas del reporte empresarial, publicado en junio de este año, las pymes líderes en sostenibilidad “avanzan notablemente en el área de la salud, y un 71% ha implementado programas orientados a promover la salud y el bienestar de su personal”.  Además, según datos de Pacto Mundial, el ODS 3 (Salud y Bienestar) está entre los cinco ODS a los que contribuyen de forma más significativa las pymes, las cuales tienen cada vez mayor conciencia sobre la importancia y beneficios asociados de garantizar un entorno que promueve el bienestar de todas las personas empleadas, fomentando hábitos de vida saludables.

Esto incluye la seguridad en el lugar de trabajo, la sostenibilidad del espacio, el ambiente laboral, la cultura de la empresa, y el bienestar laboral.

El punto de inicio es el compromiso real de todas las personas implicadas en la empresa y realizar un diagnóstico interno que permita conocer las necesidades y situaciones de la plantilla.

El punto de inicio de cualquiera de estas acciones es el compromiso real de todos los implicados en la empresa y realizar un diagnóstico interno que permita conocer las necesidades y situaciones de la plantilla, así como las expectativas que esta tiene hacia su lugar de trabajo.

Para diseñar un plan de Empresa Saludable, según la CEOE, hay siete disciplinas a tener en cuenta a la hora de definir las actividades:

  1. Alimentación saludable
  2. Actividad física
  3. Enfermedades crónicas
  4. Prevención del tabaquismo, alcohol y otras drogas
  5. Bienestar emocional
  6. Salud mental
  7. Envejecimiento

Pero, ¿qué acciones podemos desarrollar en cada una de estas disciplinas para fomentar la salud entre el personal de una pyme?

 

  • Alimentación saludable

Hay tres máximas en temas de alimentación: “Somos lo que comemos”, “no es lo mismo comer que nutrirse” y “en cada etapa de la vida el ser humano tiene necesidades nutricionales diferentes”. Por tanto, en el diagnóstico interno, incluiremos preguntas que nos den información acerca de los tiempos que tiene el personal para comer o prepararse la comida, la calidad de los alimentos en los comedores de empresa o de las máquinas expendedoras cercanas, la frecuencia de viajes de trabajo o desplazamientos en horarios de comida, entre otros.

Analizar los aspectos anteriores para actuar al respecto, así como ofrecer charlas al personal (incluso, también a sus familias) sobre nutrición saludable, serán factores de cambio hacia una alimentación más sana de las personas trabajadoras.

  • Actividad física

Es de interés identificar qué puestos tienen más riesgo de sedentarismo, conocer qué porcentaje de la plantilla practica algún deporte regularmente y qué deportes son los más atractivos para la mayoría del personal.

Algunas acciones que se pueden realizar para fomentar la actividad física en la empresa son: promover actividades en equipo al aire libre, con familia y amigos, el acceso corporativo a plataformas digitales que permitan acceder a diferentes clases de deportes y meditación, entre otros, o convenios con centros deportivos para el personal de la empresa y sus familias. Además, información sencilla que inste a caminar en la calle en lugar de coger el coche o la guagua, o en las oficinas a preferir utilizar las escaleras frente al ascensor, pueden animar a las personas más sedentarias a comenzar a moverse.

  • Enfermedades crónicas

Artrosis, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiacas y cáncer, son las principales enfermedades crónicas que actualmente afectan a las personas y, en consecuencia, al entorno laboral.

Será necesario entender la severidad de cada enfermedad para poder adaptar los puestos de trabajo, evaluando las capacidades de los trabajadores y las necesidades del puesto y, en el caso de una baja laboral, planificar un plan de retorno al trabajo que reciba la persona trabajadora, se revise con ella y se le dé un seguimiento cercano.

  • Prevención del tabaquismo, alcohol y otras drogas

Contar con personas que consumen sustancias nocivas de forma habitual, es un riesgo alto para una empresa, ya que no solamente hay una mayor probabilidad de absentismo, sino que además hay un alto riesgo de que se produzcan accidentes y situaciones de conflicto.

Prevenir sobre las fatales consecuencias del consumo de sustancias, sensibilizar acerca de su impacto en la salud y el entorno de la persona y ofrecer apoyo para el tratamiento de estas adicciones, son el camino para abordarlo desde la empresa. También la empresa puede incluir en su código ético o de conducta aspectos ligados al consumo de estas sustancias, y acciones de prevención al respecto.

  • Bienestar emocional y salud mental

El estrés avanza de forma silenciosa en las personas hasta provocar depresiones, situaciones de fuerte ansiedad y problemas, no solamente de salud mental, si no también físicos que incapacitan a las personas en su vida diaria. Antes del COVID se hablaba tímidamente de las emociones y la salud mental, pero tras la difícil normalización de duras situaciones durante la pandemia, la salud mental y el bienestar emocional tienen un lugar destacado en las preocupaciones por la salud integral de las personas trabajadoras.

Una empresa que promueve el bienestar emocional de su personal es una empresa con buen clima laboral, con espacios de diálogo y aprendizaje. Por eso, resulta clave la sensibilización y formación de los responsables de personal y directivos para ofrecerles más herramientas de manejo del trabajo y las personas y, entre todos, lograr una empresa en la que la plantilla tiene metas y criterios de evaluación claros y donde es posible la conciliación vida- trabajo.

  • Envejecimiento

Los trabajadores de 55 años o más, son el colectivo próximo a la jubilación. Este colectivo estará más expuesto a potenciales problemas de salud y a limitaciones físicas y psicológicas. Además de preocupación por estos temas, la empresa debe poner en valor el talento senior que, muchas veces, aporta gran conocimiento y experiencia, y que puede formar parte de planes de sucesión y formación interna.

El bienestar de las personas beneficia a toda la sociedad y, por supuesto, a cualquier tipo de empresa. No es necesario contar con grandes instalaciones deportivas ni realizar altas inversiones en programas corporativos. La clave es conocer las principales necesidades de las personas que trabajan en un entorno laboral y priorizar las acciones a realizar según sus necesidades y las de la empresa.