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28 Sep, 2023

El turismo cultural, impulsor de los ODS

Según Francesco Bandarin, subdirector general de Cultura de la UNESCO entre 2010 y 2018, “el turismo es un recurso clave para las comunidades locales y para la conservación del patrimonio. El patrimonio, material e inmaterial, es crucial para brindar estabilidad social e identidad. Vincular la cultura y el turismo en el proceso del desarrollo sostenible resulta vital si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

A escala mundial, el turismo supone hoy en día alrededor del 10% del PIB global y emplea a 1 de cada 11 personas. Para 2023, las primeras estimaciones de Exceltur sitúan al PIB turístico en España un 7,1% por encima del año 2019, con una repercusión que se traslada prácticamente a todos los subsectores de la cadena de valor. Todas estas cifras revelan inmensas oportunidades de crecimiento y desarrollo económico, así como numerosos retos en todas las áreas de la sostenibilidad.

En lo que atañe a Canarias, el turismo es el principal motor económico de generación de riqueza y empleo en nuestras Islas, ya sea esta de manera directa o por sus innegables efectos de arrastre sobre la economía local y el resto de los sectores productivos. A ello, se le añade también su aportación a la balanza exterior de las Islas, erigiéndose como el principal factor de compensación de nuestra posición tradicionalmente deficitaria. Retomando los datos del Exceltur, según el último Estudio de Impacto Económico del Turismo Impactur Canarias 2021 (último dato disponible) que elabora conjuntamente el Gobierno de Canarias, en 2021 el turismo supuso el 22,6% del PIB de Canarias. Un porcentaje en el que se debe recordar, sin embargo, que se enmarca en un año en el que el sector venía de sufrir un desplome sin precedentes por la irrupción del COVID-19 a escala mundial y en el que todavía confrontaba especiales dificultades por los continuos rebrotes del virus. Estas contingencia inesperadas, implicaron reducir la aportación que hacía el turismo al PIB regional desde el 32,9 que suponía en 2019, antes de la pandemia, si bien es cierto que, a tenor de la importante recuperación turística acaecida en 2022, probablemente se haya podido revertir durante 2022.

En lo que atañe a la sostenibilidad, según la Red Española del Pacto Mundial, el sector turístico es una fuente de prosperidad y una actividad directamente vinculada con la protección de la biodiversidad y el patrimonio cultural. De este modo, el turismo puede contribuir, directa o indirectamente, a todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En esta línea, de acuerdo a los datos de la UNESCO, el turismo cultural representa un 40% de los ingresos turísticos mundiales. Esto repercute positiva y directamente en el conjunto de los ODS y especialmente en el ODS 8, cuya finalidad es promover el crecimiento económico y el trabajo decente.

También el turismo cultural tiene la capacidad de atraer inversiones turísticas duraderas y sostenibles, hacer partícipe a las comunidades locales y preservar los sitios culturales de la degradación, garantizando al mismo tiempo la mejora de las infraestructuras urbanas: la accesibilidad universal, la regeneración de barrios o zonas olvidadas, la integración de un transporte más eficiente y limpio, así como la definición de espacios abiertos y espacios más seguros para habitantes y turistas. Todas ellas, son acciones directamente relacionadas con el ODS 11, cuya finalidad es “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Al respecto, la cuarta meta de este ODS exige “redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo”.

Para ello, es clave la gestión integral del destino turístico, con la planificación y participación de entidades públicas, empresas privadas y ciudadanía, con el fin de unificar políticas, homogeneizar estándares y consensuar con todos los actores los compromisos a integrar en la gestión diaria.

Las empresas son un nexo de unión entre los organismos de gestión turística y los propios turistas, quienes cada vez con más frecuencia demandan productos, servicios y experiencias auténticas y sostenibles basadas en la protección del patrimonio social, cultural y natural de las regiones de acogida.

No debemos olvidar, además, que Canarias cuenta con múltiples factores que hacen a nuestro territorio un destino turístico único, reconocido nacional e internacionalmente por su atractivo, y que no se limita tan solo a unas condiciones climáticas excepcionales, sino que también se nutre de un rico patrimonio natural, cultural y paisajístico. Debemos ser capaces, por tanto, de aprovechar la amplia gama de potencialidades y oportunidades con las que cuentan nuestras Islas para potenciar a nuestro principal motor económico, ofreciendo nuevas experiencias y que son de gran atractivo para el visitante, gracias a sus innegables valores etnográficos, la belleza y la singularidad de sus paisajes o nuestro rico patrimonio cultural y nuestro folclore, integrando de manera decidida a la cultura y a los ODS dentro de nuestro producto turístico.

Los destinos turísticos como Canarias deben trabajar en la integración de los ODS para lograr su inclusión en las políticas públicas de las administraciones responsables de la gestión geográfica y turística de los territorios.

Diez recomendaciones para lograrlo son:

  1. La adhesión del destino al compromiso con la Agenda 2030.
  2. Analizar los impactos que la actividad turística tiene sobre el patrimonio cultural, tangible o intangible, y establecer planes de gestión a medida vinculados a los ODS.
  3. Destacar en la oferta turística del destino actividades artístico culturales de organizaciones comunales, grupos de artesanos, pintores, grupos folklóricos, escultores o artistas en general de la zona.
  4. Priorizar en la oferta turística del destino a las pequeñas empresas locales. Incentivar el comercio de bienes y servicios culturales impulsa el desarrollo de los mercados locales y nacionales, propiciando la producción local y la creación de empleos decentes que suman al ODS 8. Las políticas culturales que otorgan preferencia a los bienes producidos localmente contribuyen a reducir las desigualdades en y entre los países, que es la finalidad del ODS 10.
  5. Facilitar formación especializada sobre la gestión turística patrimonial sostenible a miembros del sector, fortaleciendo el acceso a la educación lo cual contribuye al ODS 4.
  6. Asegurar rutas accesibles para personas con diversidad funcional, que reduzca las desigualdades y fomente el bienestar en línea con los ODS 3 y ODS 10.
  7. Poner en valor la biodiversidad del destino, su conservación y uso sostenible a través de actividades turísticas vinculadas a la naturaleza que sumen a los ODS 14 y ODS 15.
  8. Asegurar una correcta gestión de los residuos, sumando al ODS 12.
  9. Gestionar la huella de carbono del destino, contribuyendo así a los ODS 7 y ODS 13.
  10. Participar activamente como destino en grupos o redes de trabajo vinculadas al turismo cultural sostenible, tales como la UNESCO o la Organización Mundial del Turismo (OMT) entre otras organizaciones con las que se pueden establecer Alianzas según el ODS 17.

 

La Agenda Canaria 2030 ha sido pionera en incorporar a la cultura dentro de la hoja de ruta sostenible. Esto, para el Archipiélago, supone una gran oportunidad para lograr la integración entre sostenibilidad, turismo y cultura.

La integración entre sostenibilidad y turismo, específicamente turismo cultural, tiene gran oportunidad en el Archipiélago desde la aprobación de la Agenda canaria 2030, ya que una de las metas de esta agenda (meta Canaria 8.9.2) es, precisamente, «Impulsar el conocimiento de la cultura local en cada una de las islas, así como el consumo de los productos originarios de cada una de las islas».

Esto pone el foco en los puntos anteriormente mencionados, específicamente en el consumo de cercanía, la puesta en valor de tradiciones, la gastronomía local y el fuerte vínculo que tiene con la biodiversidad del territorio (vinos, frutas, hortalizas, quesos y otros productos locales), y por supuesto el patrimonio natural, arquitectónico y artístico y la necesaria planificación para hacerlo accesible a todos los turistas, asegurando su conservación y  en armonía con las necesidades de los residentes que habitan las islas durante todo el año.