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23 Sep, 2022

Transición ecológica y digitalización

Según el último Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI), que mide la competitividad digital de los países miembros de la UE, España ocupa el séptimo puesto entre los 27 países miembros, y se posiciona como uno de los países líderes en conectividad, integración de la tecnología y oferta de servicios públicos digitales.

No obstante, a la UE le falta todavía un largo camino por recorrer en cuanto a desarrollo tecnológico si lo comparamos con territorios como Estados Unidos, donde la financiación y las políticas de incentivo son mayores. Por ello, la UE creó en 2021 el Programa Europa Digital 2021-2027, con el objetivo de incentivar las inversiones y potenciar el desarrollo de las áreas digitales, entendiendo que la tecnología es una herramienta para mejorar nuestra vida, nuestros negocios o nuestro entorno.

Si la tecnología ya jugaba un papel importante, desde la pandemia el mundo digital se ha acelerado en todo tipo de compañías, tanto multinacionales como pymes, y ha ganado protagonismo en el día a día de la ciudadanía. Esta carrera por la digitalización ha pasado de ser un proceso específico de transformación de ciertos procesos o departamentos, para ser un cambio cultural en la forma de hacer las cosas que afecta a toda la sociedad.

Hoy en día la tecnología se ha vuelto un aspecto fundamental en nuestras vidas. Ha transformado y modificado nuestra forma de vivir, de trabajar y hasta de entretenernos, y se espera que este año (2022), más de la mitad del PIB mundial sea generado por el ámbito digital.

En este proceso de digitalización, económico, social y cultural, hay una gran oportunidad para la sostenibilidad y ambas se están convirtiendo en poderosas palancas para la innovación y el cambio hacia una economía más justa, limpia, competitiva e inclusiva. En los Objetivos de Desarrollo Sostenible el vínculo se hace evidente, pues en todos ellos la tecnología es un habilitador.

La carrera por la digitalización ha pasado de ser un proceso específico de transformación de ciertos procesos o departamentos, para ser un cambio cultural en la forma de hacer las cosas que afecta a toda la sociedad.

En lo que respecta a la materia ambiental, la digitalización se convierte en una herramienta clave para que los procesos empresariales sean más respetuosos con el medio ambiente gracias al desarrollo de soluciones tecnológicas que incrementan la eficiencia energética, ahorran costes y mejoran la productividad. Según el informe Smarter 2030 de Accenture y GeSI, gracias al uso de las TICs las emisiones de dióxido de carbono se habrán reducido hasta un 20% en el 2030. De hecho, tanto el Gobierno de España como la Unión Europea apuestan por el uso de estas tecnologías para poder superar los retos del cambio climático y la degradación del medio ambiente.

Por lo tanto, se puede afirmar que la digitalización y el desarrollo tecnológicos facilitan el desarrollo de medidas y estrategias políticas, económicas y sociales para la lucha contra la contaminación y el cambio climático y para la protección de la biodiversidad y de los recursos naturales. Digitalización y transición ecológica, van de la mano.

Algunos ejemplos de la actualidad son:

  • El despliegue de la red 5G permite intercambiar datos a mayor velocidad y conectar más dispositivos a la vez, consumiendo menos electricidad. Además, permite conectar sensores que monitorean constantemente y a tiempo real datos de consumo de energía, agua y emisiones de CO2.
  • La aplicación del big data contribuye a la optimización de la gestión energética y de los recursos, a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono de los procesos de producción y rutas de distribución y al análisis de datos de consumo de energía y agua, entre otros. El big data también puede ayudar la toma de decisiones estratégicas en la agricultura, la planificación urbana o la gestión de epidemias.
  • El Desarrollo de nuevos modelos de realidad virtual, como la aumentada, pueden ser herramientas muy útiles para la educación y formación y contribuir a la sensibilización de colectivos sobre situaciones de injusticia o de extrema urgencia como el cambio climático o la contaminación de los océanos.
  • La robótica, la impresión 3D y la Inteligencia artificial permiten desarrollar técnicas de producción avanzadas, la impresión 3D repercute en el ahorro en material, la Inteligencia artificial automatiza las tareas de reciclaje mediante la clasificación de materiales y la utilización de drones facilita la replantación de árboles y vegetación en áreas más inaccesibles, así como en la extinción de incendios.

Además, la tecnología y digitalización facilitan el acceso a la información de calidad para la toma de decisiones relacionadas con el medioambiente, la recaudación de fondos para proyectos ambientales a través de plataformas de crowfunding y surgen nuevas oportunidades de negocio y modelos empresariales desarrollados por emprendedores, tales como las plataformas de uso compartido de coche o micro movilidad que fomentan la movilidad sostenible.

Ambos aspectos, digitalización y sostenibilidad, deben ir de la mano si queremos obtener la mayor eficiencia produciendo con el menor impacto. La tecnología permite crear procesos más eficientes y respetuosos que no solo consiguen mejores resultados de negocio, sino también medioambientales.

Si bien cada empresa tiene sus particularidades, para avanzar en digitalización y sostenibilidad es importante realizar un análisis interno que permita conocer en qué estado se encuentra la empresa en cada uno de los departamentos y de forma global, y abordar el proceso teniendo en cuenta que este cambio no se reduce a una migración de tecnologías, si no que requiere de un cambio cultural importante. Por ello deberán verse involucrados los líderes de todos los departamentos de la empresa, y abordar este proceso de forma integral, con el acompañamiento de la alta dirección.

No obstante es un esfuerzo que, además de necesario, merece la pena. Según el informe de Accenture La doble apuesta europea: una estrategia de transformación doble para impulsar la competitividad, “las empresas con una estrategia de transformación doble –basada en una combinación de las tecnologías digitales y la sostenibilidad– tienen 2,5 veces más probabilidades de posicionarse entre las compañías con mayor rendimiento”.

La revolución sostenible tiene ya un alto componente digital y, sin duda, toda la revolución digital, deberá ser sostenible.