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11 May, 2023

Los servicios y los ecosistemas para el bienestar social y económico

Se habla mucho de la necesidad de conservar el medio ambiente para asegurar la supervivencia y mantenimiento de la calidad de vida las personas. Sin embargo, esta reflexión nos cuesta relacionarla con nuestro día a día, sobre todo cuando, de acuerdo con los datos de Naciones Unidas, el 55% de la población mundial vive en ciudades o zonas urbanas, y esta proporción crecerá hasta el 68% en 2050.

El vínculo entre la salud de los ecosistemas y el bienestar humano es más evidente en zonas rurales o países en vías de desarrollo, donde los recursos que diariamente utilizan las personas provienen directamente de los ecosistemas del entorno inmediato: pesca de los ríos y mares, aguas de las zonas de recarga acuífera o de nacientes en el bosque, leña para cocinar o generar calor, plantas medicinales o de hojas fibrosas que permiten tejer utensilios, etc.

Estos y otros ejemplos se conocen con el nombre de servicios ecosistémicos (o servicios de los ecosistemas), y representan los numerosos beneficios que aportan los ecosistemas a los seres humanos.

Estos beneficios, se agrupan en cuatro tipos de servicios:

  1. Servicios de abastecimiento, aquellos que permiten extraer productos del medio ambiente para ser consumidos o utilizados, como el agua para beber, materias primas como la madera, o alimentos como el pescado.
  2. Servicios de regulación, aquellos procesos ecológicos que ayudan a mitigar algunos impactos globales y locales como la transformación del carbono en oxígeno que realizan las plantas durante la fotosíntesis, la polinización de plantas que realizan los insectos, la prevención de la erosión que es posible gracias al sustento que las raíces de los árboles y arbustos le dan al suelo o el control de plagas en la agricultura.
  3. Servicios de apoyo: aquellos ecosistemas que funcionan como zonas especialmente de reproducción y refugio de numerosas especies de plantas o animales.
  4. Servicios culturales: los beneficios no materiales que el ser humano obtiene a través de los ecosistemas, aquellos que nos mantienen emocionalmente vinculados a ciertos espacios geográficos o paisajes y permiten recreación.

A pesar de que los ecosistemas nos proveen de tantos beneficios, pueden sufrir cambios. Unos cambios son derivados de procesos biológicos o geológicos, pero otros se deben a la acción humana directa, por lo que las políticas ambientales, la planificación local y las prioridades del enfoque de desarrollo impactarán en su conservación o destrucción, y con ello en el mantenimiento o no de los numerosos beneficios que nos brindan.

En nuestras islas, por su especificidad geográfica y morfológica y su característica de archipiélago volcánico, existen ecosistemas únicos a nivel mundial, ricos en biodiversidad y con un alto número de especies endémicas, que solamente pueden encontrarse en las islas.

Por ejemplo, los Bosques de Laurisilva, son ecosistemas muy importantes para el Archipiélago por su capacidad de captar agua y mantener la humedad. Además, favorecen el mantenimiento de suelos fértiles y las raíces son fundamentales para evitar la erosión propia de un suelo volcánico.

 

Otro ecosistema propio de las islas que aporta numerosos beneficios es el Sebadal. Los sebadales son praderas marinas de plantas adaptadas a vivir en el medio salado, que desarrollan su ciclo completo bajo el agua y son criadero para muchas especies de peces e invertebrados, utilizados para el consumo humano o que forman parte de la cadena alimentaria marina, permitiendo asegurar el acceso a pesca a lo largo del tiempo.

En Canarias contamos con numerosos ejemplos de empresas que están tomando medidas para reducir su impacto en el medio ambiente y promover la sostenibilidad a largo plazo. Ejemplos que demuestran que el desarrollo sostenible es integral.

Además, el Sebadal limpia el agua, asegurando la calidad de las aguas costeras. También protege las costas de la erosión o las inundaciones, ya que funciona como una barrera vegetal. Su presencia indica que el ecosistema está sano, y su ausencia evidencia que algo va mal, bien porque se ha excedido la capacidad de carga de la construcción en la costa, bien por contaminación de las aguas.

Por lo tanto, ¿es la conservación de la biodiversidad y el bienestar de los ecosistemas un asunto meramente ambiental? La respuesta es clara y se traduce en términos económicos.

Los métodos más sencillos de valoración económica de los ecosistemas establecen valores monetarios por unidad de suministro, ya sea basándose en precios de mercado (ej. precio de primera venta en lonja en el caso de los recursos pesqueros) o en otro tipo de criterios (ej. el precio estimado de la tonelada de CO2).

Según el estudio Evaluación y valoración de los servicios de los ecosistemas marinos de la Red Natura 2000 de España, realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, el total del valor económico de la extracción de atún rojo en España, es aproximadamente de 74 millones de euros, de los cuales 24,85 están obtenidos en espacios que forman parte de áreas específicas de conservación de la biodiversidad (Red Natura 2000). 6,4 millones de euros se generan con la pesca de atún rojo en aguas canarias.

El valor económico del secuestro de carbono de las praderas marinas de toda España ha sido estimado en alrededor diez mil millones de euros (lo cual representa un 0,7% del PIB nacional) y representan casi el 70% (231 millones de toneladas) de las emisiones nacionales anuales.

En las Islas Canarias contamos con numerosos ejemplos de empresas que están tomando medidas para reducir su impacto en el medio ambiente y promover la sostenibilidad a largo plazo.

  • Turismo responsable: El turismo es el principal motor económico de Canarias y muchas empresas están adoptando prácticas responsables para reducir su impacto en el medio ambiente. Esto incluye el uso de fuentes de energía renovable, programas de reciclaje y uso eficiente del agua, operación responsable de actividades marinas como el buceo o avistamiento de cetáceos o la educación de los visitantes sobre la conservación del medio ambiente.
  • Agricultura sostenible: La agricultura es una industria importante en las Islas Canarias y muchas empresas agrícolas están adoptando prácticas sostenibles para reducir su impacto ambiental, integrando prácticas de control biológico, recuperando el cultivo de especies autóctonas o implementando sistemas de riego eficientes.
  • Transporte limpio: El transporte es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero en las Islas, por lo que empresas, tanto públicas como privadas, realizan esfuerzos por migrar su flota a vehículos eléctricos y promover el uso de medios de transporte alternativos, como la bicicleta.

Estos ejemplos demuestran que el desarrollo sostenible es integral. El crecimiento económico de las regiones y los países se construye sobre bases ambientales y sociales, de las cuales depende seguir generando a largo plazo.  Nuestro día a día está absolutamente relacionado con la naturaleza. Lo veamos o no.