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15 Feb, 2022

Sostenibilidad, Responsabilidad Social y resiliencia empresarial

Las empresas, desde antes de ser creadas, deben afrontar múltiples retos que no solamente son económicos. Quien ha emprendido un negocio lo sabe. Se presentan retos vinculados a la gestión del personal, gestión administrativa, compras, legislación, comercial… ante los cuales, solo si sus líderes están preparados, la empresa saldrá adelante.

Además, la realidad está en constante cambio y evolución. Vivimos en un mundo interconectado e interdependiente, en el cual la crisis de un país afecta al resto, donde los procesos están relacionados y las economías son globales, y donde la gestión personalizada de la gran diversidad de clientes es cada vez más importante y necesaria.

En este contexto, las empresas están expuestas a riesgos que, aparentemente, se escapan de su modelo de negocio y que están muy vinculados con la coyuntura del sistema en el que operan o por el que son influidos. Son conocidos como riesgos no financieros o ASG (ambientales, sociales y de gobierno) o ESG (por sus siglas en inglés, environmental, social and corporate governance).

Para construir una mayor resiliencia del tejido empresarial se requiere de flexibilidad, pero también de una cultura de prevención y gestión de riesgos vinculados a la sostenibilidad.

La integración de los riesgos no financieros es, por tanto, clave para la regeneración continua para gestionar de forma exitosa los cambios y las crisis eventuales. Para construir una mayor resiliencia del tejido empresarial se requiere, pues, de flexibilidad, pero también de una cultura de prevención y gestión de riesgos vinculados a la sostenibilidad y la gestión responsable.

La resiliencia empresarial es la capacidad de las empresas para adaptarse y reaccionar ante el cambio, de integrar las oportunidades derivadas de las crisis y las lecciones aprendidas.

Partiendo de esta premisa, ¿qué acciones vinculadas a la Responsabilidad Social Corporativa podemos atribuir a una empresa resiliente?

  • PRIORIZAR EL BIENESTAR DE LOS TRABAJADORES

Los empleados están en el centro de la gestión como piezas clave de la organización, ya que su comportamiento y su rendimiento, son fundamentales para enfrentar la crisis de la mejor manera posible. Las personas trabajadoras deben sentirse valiosas, cuidadas y seguras.

Para ello la empresa puede implementar políticas de conciliación entre la vida y el trabajo, espacios para el deporte o fomentar que su personal tenga hábitos de vida saludables, con una alimentación balanceada, en un proceso de mejora continua que promueva y proteja la salud, seguridad y bienestar de las personas trabajadoras y la sostenibilidad del espacio de trabajo. Profesionales felices y saludables y un buen clima laboral son aliados de una mayor productividad en el trabajo.

 

  • CONSTRUIR ALIANZAS CON LOS PROVEEDORES

Para garantizar el suministro de algunos productos esenciales para la operación diaria, muchas empresas tratan de aumentar la resiliencia de sus cadenas de suministro a través de alianzas estratégicas que fortalecen las relaciones con los proveedores y la gestión de los mismos.

Las relaciones con los proveedores se fortalecen cuando se comparten los mismos valores. Por ello, trabajar bajo un mismo marco ético previamente acordado, intercambiar buenas prácticas en materia de sostenibilidad y analizar los riesgos y oportunidades comunes, son buenas herramientas para construir relaciones sólidas a largo plazo.

Contar con una red de proveedores en el marco de una relación de transparencia y beneficio mutuo, permite conocerse mejor y descubrir nuevas oportunidades que repercutan de forma positiva en el negocio.

  • PRIORIZAR LAS COMPRAS Y EL CONSUMO DE CERCANÍA

Estamos viendo una tendencia a acercar la producción a los mercados de consumo (conocida como reshoring), que permite tener un mayor control sobre crisis y cambios internacionales que puedan afectar al negocio.

Además, las empresas que priorizan las compras locales o nacionales, impactan directamente de forma
positiva a la economía del entorno más inmediato, contribuyendo a una mayor resiliencia
del sistema el que el que desarrollan su operación.

  • COMUNICAR DE FORMA DIRECTA Y TRANSPARENTE A LOS CLIENTES

Rendir cuentas sobre las actuaciones de la empresa y ofrecer información clara sobre sus productos y servicios, mantiene la confianza de los clientes hacia la empresa y contribuye a la buena reputación.

Esto incluye informar acerca de los retos que a la empresa le quedan por abordar, las lecciones aprendidas y el establecimiento de procesos de diálogo con grupos de interés, que permitan conocer sus expectativas y necesidades, lo cual siempre serán ventajas competitivas sobre los demás.

La transparencia es uno de los principios básicos de la responsabilidad social, y la mayor demostración de compromiso es la publicación de la memoria de sostenibilidad.

  • ENTENDER QUE, PESE A LAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS, SU COMPORTAMIENTO PUEDE IMPLICAR UNA GANANCIA REPUTACIONAL

A veces se puede actuar de forma legal y, sin embargo, incurrir en hechos cuya moralidad puede ser cuestionable. Tener pérdidas económicas no justifica que las empresas realicen malas prácticas empresariales. Al contrario, los esfuerzos en cualquier dirección por proteger empleados y proveedores, por explicar la situación a los clientes, o por ayudar de forma desinteresada, tienen repercusiones positivas en términos de reputación e imagen.

Guiar la empresa bajo un marco ético y unos valores claros, es un compromiso con la sociedad y un reflejo de la grandeza de sus directivos.

Todas estas acciones se pueden resumir en una sola idea: LA INTEGRACIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD EN EL NEGOCIO CONTRIBUYE A LA RESILIENCIA EMPRESARIAL.

La aplicación de los principios de Responsabilidad Social permite tener relaciones fuertes con empleados y proveedores, establecer relaciones de confianza en el mercado e identificar las necesidades del entorno.

La organización que tenga un mayor conocimiento sobre el funcionamiento de su cadena de valor, será más resiliente. La organización que tenga sus riesgos bien identificados y estrategias para su gestión y mitigación, será más resiliente. Y, por supuesto, la organización que genere más valor para la sociedad, será la más resiliente.

Son beneficios asociados a una gestión realizada bajo los principios de sostenibilidad. Porque el camino, sin duda, se escribe en clave sostenible.